En el siglo XIX y aun en el XX, la novela de gran consumo fue siempre social. La vida del grupo, las relaciones del individuo con la colectividad ocupan allí un lugar mayor que las ensoñaciones de paseantes o conciencias solitarias. En la novela inglesa, el éxito de Dickens, pero también de Trollope, Bennett y Galsworthy se debe a sus capacidades y a su destreza para organizar aventuras donde las masas están en un fondo cuya irrupción es siempre inminente y amenazante. Si en el siglo XX la novela de la segunda posguerra ha perdido estas habilidades, si cuando lo intenta fracasa con estruendo como Martin Amis, una excepción notable ha sido la novela histórica. Music & Silence (publicó en Londres Chatto & Windus en 1999) no es la primera de Rose Tremain. Su best-seller Restoration había procurado mimetizarse con todos los brillos de la primera época empecinadamente brillante de la historia inglesa, el destape monárquico, católico y orgiástico que sucedió al fin del puritanismo en el poder.
El protagonista de Music & Silence es un intérprete de laúd, Peter Claire, que se une a la orquesta de la corte de Dinamarca en el siglo XVII, durante el reinado de Christian IV. La intriga, como algunas formas musicales, es una proposición a cuatro términos que amenaza con transformarse en ese paralogismo llamado quaterno terminorum, ese silogismo falaz porque un término está usado con dos sentidos. La esposa de Christian, Kirsten, confía al látigo de un conde su clímax sexual, y luego confía al papel el relato de su cristiana pasión y flagelación. La criada de Kirsten, Emilia, vive un amor correspondido con Peter. Descubierto el adulterio, Kirsten es expulsada, y se lleva a Emilia en su fuga. Peter no puede seguirla, porque --es el cuarto término falso (o un subrepticio quinto) de la falacia-- el rey lo retiene. Lo retiene por su música, pero también porque vive con él una amitié amoureuse, donde debaten en intimidad la dialéctica de la atracción y las finanzas del reino, en esas bodas no consumadas de amor y economía omnipresentes en los sonetos de Shakespeare y tantos textos del s. XVII de los que Music & Silence multiplica los ecos.
La ejecución de la novela está a la altura de las circunstancias de su concepción. Es decir que el estilo es ajustado y elástico a la vez, sin permitirse demasiados excesos en el pastiche de época. Consigue el ritmo necesario para los contrastes que se propone trazar entre el mundo de la corte y el exterior, la música y el silencio, los amos y los siervos, los frescos históricos y las intimidades femeninas. Es una novela histórica políticamente correcta, posterior a la liberación de la mujer. También pertenece al punto más alto del middle brow, cuando se derrumba el muro que separa a las producciones para las clases medias de la literatura a secas. Es una novela histórica que gustará a las lectoras macho y hembra del género. Pero que también puede ser envasada como literatura contemporánea, para ser saludada así por el British Council y los suplementos culturales de los diarios.
Javier de Pablo
2 comments:
Interesante novela, ¿está traducida al castellano?
Hasta donde sé, no está traducida
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